Cuándo tenía 5 años un señor vino a recogerme a la guardería.
Él decía que me llevaba a conocer a mis padres. Durante el viaje estuve muy impaciente e inquieta. Cuando llegamos, me llevaron por muchos pasillos hasta la sala donde estaban mis papás. Juro que cuando los vi por primera vez a lo lejos creí que mi madre era un hombre. Me regalaron un peluche y un chicle. Como era mi primer chicle me lo tragué. Pronto supe que eso no se hacía. ¿Cómo iba a saber yo que un chicle se tiraba cuando perdía su sabor? En cuanto al peluche, me lo quedé por horas, nunca había tenido uno. Era grande, suave y esponjoso. No podía dejar de abrazarlo. Llegamos aquí a España y en el avión nos dieron refrescos. A mi, una Coca-Cola, ¡Ahora sé porque me gusta tanto! Fue el mejor día de mi infancia, al fin estaba con mi padres.
Cuando llegamos, fuimos a un restaurante, yo me sentía como en el paraíso, ya que veía cosas que nunca había visto antes.
Todo era nuevo para mí. Fue maravilloso. Creo que es lo que se siente cuando exploras por primera vez el mundo.
Jacqueline Briz
LA PRIMERA VEZ QUE VIAJÉ EN AVIÓN
Al día siguiente de nuestra llegada fuimos a dar una vuelta. Lo veía todo muy extraño incluso me atrevería a decir que era raro.
Con el tiempo, mi tía me apuntó a un instituto. Cuando entré en esa clase y me estaban diciendo "bonjour" yo no entendía lo que decían. Pasó el tiempo y aprendí a hablar un poco mejor el francés. Cómo mi prima cambió de instituto, yo también. Fuimos a un nivel más alto. Estaba en clase y la profesora me dijo que leyera un texto. Empecé a leer inocentemente y de repente escuché que se estaban riendo de mí. Rápidamente cogí mis cosas y me fui de esa clase. Después de ese día me apunté a un repaso porque me quería superar. Al final, con el tiempo y paciencia aprendí mejor. Pero un día, mi prima vino a verme y me hizo bajar con ella para trabajar.
Trabajé con ella un tiempo y en el mes diciembre dicidí terminar otra vez mis estudios.
Y aquí estoy...
Chaima Douari
LA PRIMERA VEZ QUE SUPE QUE TENÍA OTRO PADRE
Cuándo
tenía 6 años supe que el hombre que me crío y el que se preocupó por mí no era mi verdadero padre. Entonces desde ahí mi madre me
contó que cuando tenía nueve meses se separó de el, y bajó a vivir
a Marruecos.
Pero
en ese momento no me importó porque ya tenía un padre que me había criado desde pequeña y me había dado todo el cariño del mundo, y a él nunca le había importado que no fuera su verdadera hija.
Fátima
Cereto Chahbar
EL PRIMER VIAJE QUE HICE UN CON UN GRUPO DE AMIGOS
Era el primer viaje que hacía con un grupo de amigos durante una semana sin la vigilancia de mi familia.
En una isla del norte de Marruecos, nos juntamos cien jóvenes de todo el país, para aprender y examinarnos para recibir la titulación de monitores de camping de niños.
Era una semana muy especial para mi, conocí gente nueva, aprendí a jugar, cantar, es decir, a hacer todas las actividades relacionadas con niños.
Nos enseñaron como tener nuestra responsabilidad con niños.
Nunca olvidaré esa semana. Lo pasé muy bien y contenta. Sin pensar ni preocuparme por lo demás. Ni tampoco pensar que mi padre ya no mi iba a decirme si donde voy hay chicos o no, porqué ya tenia los dieciocho años.
Espero que algún día volveré a vivir esa experiencia fantástica.
Amina Gribi
LA PRIMERA VEZ QUE TE TUVE EN MIS BRAZOS
La primera vez que te tuve en mis brazos tuve una mezcla de sentimientos entre miedo y alegría. Miedo a romperte, de lo frágil que estabas, y a su vez una gran alegría. Una alegría que no se puede describir en palabras.
Fuiste creciendo y me diste tu primera sonrisa, tu primer diente, tu primer abrazo... El día que te pusiste de pie y diste tu primer paso intentando no caer, creyendo en mí, sabiendo que te iba sujetar, no fui yo la que te dio seguridad, fuiste tú. Me sentí segura y valiente de poder hacer cualquier cosa por corresponder a aquel amor que me transmitías.
Llego el día en el que me llamaste mamá. Ese día sentí todas las emociones a flor de piel. Pero ningún sentimiento se compara con el día en que me dijiste: “mamá te quiero”.
Sé que un día no estarás a mi lado, pero hasta ese día seguirás dándome muchas más primeras veces.
Fátima Essaber
LA
PRIMERA VEZ QUE FUI MAMÁ
¡Vaya
mezcla de sensaciones! Recuerdo como ese momento marcó un antes y un
después en mi vida; “positivo” decía... pensé que, desde ese
momento en adelante era una cuenta atrás para: ¡hola! a las noches
en vela; adiós al tiempo libre, a mi espacio, a todas aquellas cosas
que solía hacer cuando no había un “futuro positivo” :)
Mes
tras mes, iba creciendo mi barriga y con ella mis ganas de comer:
chocolate y cebolletas en vinagre. Comenzaron las prisas; prepara la
habitación, compra esto y lo otro, todo hace falta para la llegada
de mi pequeño “alien” :)
Me
llegaban todo tipo de consejos, por los... yo los llamaba
“Licenciados en la paternidad“: déjalo llorar, no lo acostumbres
a los brazos, dale el pecho, ¡tened cuidado con las perras no vaya a
ser que le cojan celos! No sé por qué pero mis hormonas me pasaban
malas jugadas y llegué a aborrecer a ciertas personas. Desde luego
era mi vida, mi bebé, y yo iba a hacer las cosas de la mejor manera.
Llegó
el día que tanto miedo me daba, ¡uuuyyyyy, qué dolores!, sé que
me dolía pero ahora mismo ya casi que ni me acuerdo. Pensé que me
iban a doler aún. Y... fue duro pero... ¡Llegaste!, cesárea de
urgencia, casi que ni te vi. Tres horas en la sala de reanimación
hasta que por fin te pusieron en mis brazos. Creo que fue una de las
sensaciones más especiales de mi vida, Desde ese día hasta el día
de hoy eres la sonrisa que se dibuja en mi cara.
Jessica Mendaña
LA PRIMERA VEZ QUE ESTUDIO
Que sufro mucho por el
camino que me queda por mis estudios.
Estoy muy perdida con el
camino y no me puedo relajar bien y pienso mucho.
Y no puedo parar de pensar en el camino largo.
Rayhana Kasimi
LA PRIMERA VEZ QUE TRABAJÉ
Mi primera vez que trabajé fue hace poco, cuidando a la hija de una mujer que conocía. La niña tenía tres años, era la primera vez que cambiaba un pañal, pero a pesar de mi falta de experiencia no me salió tan mal. Jugaba con la niña y cada tarde veíamos los dibujos. A mí no me importaba mirarlos con ella, me acuerdo que veíamos la "Peppa Pig", la patrulla Canina, etc... También tengo que admitir que muchas veces me acababa la paciencia y me enfadaba un poco con ella, pero a pesar de todo nos hacíamos compañía. Cuando la llevaba a mi casa y le dejaba dibujar y pintar, me la liaba, porqué me pintaba las sillas, el suelo, y las paredes (por suerte las paredes sólo fue con lápiz). Le decía que eso no se hacía pero me era imposible enfadarme por eso, porqué ella era inocente en lo que hacía, sólo sé estaba divirtiendo. Era como una hermana pequeña, por así decirlo, y nos entendíamos muy bien la mayoría de veces. También era un poco agotador porqué me pasaba muchas horas con la niña y me quitaba mucho tiempo libre. Al final dejé el trabajo porqué no me salía a cuenta.
Samara Tortosa
LA PRIMERA VEZ QUE VINE A ESPAÑA
Cuando
me casé, tenia que viajar con mi marido, irme fuera de Maruecos.
Cuando
me faltaban dos días para despedirme de mi familia, estaba muy triste, no
podía ni comer ni hablar. Yo no quería ir, pero mi marido tenía trabajo allí. Tenia
que aceptar la decisión, pero yo estaba acostumbrada a estar con mi
familia, mis amigos y mis compañeras de trabajo.
El primer día que llegamos fuimos a visitar a nuestra
familia en Barcelona. Porque no podía estar en casa sola y no sabía
hablar.
Con
el tiempo aprendí a hablar un poco. Ahora tengo mis amigos y me siento como
en
mi país.
Todos
los momentos son únicos, como todas las experiencias también:
“Jamás
podré tomarme aquel café que tomé por primera vez, tampoco podré repetir aquel primer beso...”
El
presente engulle todas las primeras experiencias y solo deja rastro
en el recuerdo.
Puedo
intentar repetir las experiencias, pero nunca será como la primera
vez que las tuve. Solo puedo compararlas pero nunca igualarlas,
porque el recuerdo no me deja vivir la misma experiencia olvidando
que ya no la puedo volver a tener. Por eso tengo siempre presente que
todas las experiencias son nuevas, aunque se parezcan, y las vivo por
primera vez.
Vivo
el presente y en el presente sin dejarme influir por el pasado. Todos
los días me levanto por primera vez experimentándolo todo por
primera vez, aunque hoy se parezca a ayer.
Todavía
recuerdo la primera vez que me enamoré y a todos los amores pasados,
pero qué pronto se me olvidan cuando vuelvo a ver otra mujer, porque
de todas las experiencias se aprende y a olvidar el dolor lo primero.
En
teoría un “amor” es para siempre pero la experiencia se empeña
en que no es así. Por lo tanto, yo vivo el presente y en el
presente, atentamente, sin perder ningún tren que pueda pasar. Vivo
enamorado de la vida, de todas las mujeres y de mí mismo. Vivo en un
presente donde todo ocurre por primera vez.
Juan Torné
LA PRIMERA VEZ QUE VOLÉ
Cuando tenía 16 años, decidí irme a ver A una amiga a los
Campos de Avilés, Asturies.
Me aventuré sola hacia el aeropuerto del Prat, con el
tiempo justo, como soy yo, siempre con retraso, cogí el avión por los pelos,
pensaba que perdía el vuelo. No había estado nunca en el aeropuerto, ni había
cogido un avión. Lo pasé tan mal que no he vuelto a coger un avion sola, si me
tengo que quedar en tierra prefiero con compañía.
¡Recordad lo de ir dos horas antes al aeropuerto, lo dicen
por algo!
Mireia Masalias Canti
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